Kioxia, en colaboración con SanDisk, está preparando un movimiento estratégico en el mercado de memoria y almacenamiento que podría tener un gran impacto en la industria de la inteligencia artificial (IA). Aunque tradicionalmente la carrera por la infraestructura de IA se ha centrado en GPU, interconexiones y centros de datos, cada vez más la competencia se desplaza hacia elementos menos visibles pero igual de críticos: la memoria y el almacenamiento.
Según un informe de Nikkei citado por Tom’s Hardware, Kioxia planea comenzar en 2026 la producción de su nueva generación de memoria NAND 3D, BiCS10, que contará con un apilado de 332 capas. Esto representa un avance significativo respecto a la generación anterior, BiCS9, que tiene 218 capas. La aceleración del cronograma, que anteriormente situaba este salto en la segunda mitad de 2027, sugiere una estrategia para adelantarse a la demanda creciente de almacenamiento de alta densidad impulsada por la IA.
Este movimiento se llevará a cabo en dos plantas distintas: la fabricación de BiCS10 en la Fab 2 en Kitakami, en la prefectura de Iwate, prevista para operar en otoño de 2025, y la producción de BiCS9 en el complejo consolidado de Yokkaichi, en Mie. La diversificación en ubicaciones y productos refleja una estrategia dual: abastecer tanto al mercado mainstream con BiCS9 como a segmentos premium con BiCS10.
Desde una perspectiva empresarial, adelantar la disponibilidad de memoria NAND de mayor densidad puede marcar la diferencia en la captura de contratos en mercados verticales como servidores, almacenamiento en la nube y unidades de estado sólido (SSD) de gran capacidad. La demanda de almacenamiento “enterprise” y de alta densidad se ha visto presionada por la expansión acelerada de la IA, y disponer de chips más avanzados antes que la competencia puede traducirse en una ventaja competitiva crucial, asegurando volumen y márgenes más sólidos.
A nivel técnico, Kioxia no solo aumenta la cantidad de capas en sus chips, sino que también introduce avances en rendimiento y eficiencia energética. La tecnología BiCS10 presenta mejoras del 59% en densidad de bits en comparación con la generación anterior, además de un incremento del 33% en la velocidad de interfaz y optimizaciones arquitectónicas, como el enfoque CBA (CMOS directamente unido al array). Este método busca mejorar los rendimientos (yields), reducir la complejidad de fabricación y optimizar los tiempos de producción, aspectos esenciales para mantener la rentabilidad en un mercado de márgenes estrechos.
El papel de la Fab 2 en Kitakami es estratégico: su reciente finalización y puesta en marcha en 2025 la posicionan como una instalación moderna, capaz de producir chips de alta exigencia con mayor efectividad y tecnología punta. Para la industria, esto significa que las fábricas más nuevas y mejor equipadas serán clave para responder a la demanda de densidades mayores y mayores volúmenes de almacenamiento, especialmente en segmentos premium y de alta densidad.
No obstante, existen riesgos que los inversores y gestores deben considerar. La dificultad técnica de aumentar a 332 capas es significativa; una ramp-up más lenta puede afectar la capacidad de captura de mercado. La demanda de almacenamiento, aunque fuerte, no es infinita y puede ajustarse por cambios macroeconómicos o recortes en inversiones de grandes centros de datos. Además, la competencia en el sector NAND es feroz, y la expansión simultánea de capacidad por múltiples actores podría llevar a una erosión de márgenes en cortos periodos.
Por último, la eficiencia energética sigue siendo un argumento de peso en los centros de datos. Chips que mejoran el coste operativo mediante menor consumo por terabyte (TB) y mayor densidad ofrecen ventajas competitivas, incluso si los precios por chip se mantienen elevados. Esto refuerza la importancia de la innovación tecnológica y de la capacidad industrial moderna para mantenerse competitivos en un mercado en rápida evolución.
En resumen, el adelantamiento en la producción de BiCS10 de Kioxia refleja un movimiento estratégico con potencial para fortalecer su posición en un mercado clave para el futuro de la IA y la infraestructura digital global. La apuesta por tecnologías más avanzadas y fábricas modernas puede marcar un cambio en la dinámica de oferta y demanda en los próximos años, siempre que los desafíos técnicos y económicos puedan ser gestionados eficazmente.