NVIDIA werft oprichter van Groq en licentieert zijn inference-technologie: een nieuwe stap in de strijd om schaalbare AI-diensten

La carrera de la Inteligencia Artificial (IA) está experimentando cambios profundos en su trayectoria. Durante años, el enfoque principal en los medios y en la comunidad técnica estuvo en el entrenamiento de modelos cada vez más grandes, costosos y dependientes de una significativa capacidad de cómputo. Sin embargo, a medida que la IA avanza hacia su consolidación como producto, el verdadero cuello de botella se desplaza hacia otro terreno: la inferencia, que es el momento en que el modelo responde en tiempo real a usuarios, empresas y sistemas automatizados.

En este contexto, el 24 de diciembre de 2025, Groq anunció un acuerdo estratégico con NVIDIA que ha generado gran revuelo en la industria. Aunque no se trata de una adquisición tradicional, el acuerdo consiste en una licencia no exclusiva de tecnología de inferencia y en un trasvase de talento de alto nivel. Los fundadores de Groq, Jonathan Ross y Sunny Madra, junto a otros miembros del equipo, pasarán a colaborar con NVIDIA para impulsar y escalar la tecnología licenciada. Groq asegura que continuará operando como una compañía independiente, con Simon Edwards asumiendo el rol de CEO y con GroqCloud manteniendo su funcionamiento habitual.

Este acuerdo, aunque formalmente “no exclusivo”, lleva en la práctica a interpretaciones estratégicas en el mercado. La marcha del fundador y de parte del núcleo técnico al socio dominante en el sector señala que la alianza va más allá de un simple contrato y refleja un movimiento de alto calibre en la estrategia de ambas empresas.

Por otro lado, circulan rumores sobre el valor de la operación, que algunos reports estiman en aproximadamente 20.000 millones de dólares, aunque ni Groq ni NVIDIA han publicado cifras oficiales. La diferencia entre un acuerdo de licencia y una adquisición completa, junto con estas conjeturas, alimenta una tendencia en Silicon Valley: licenciar tecnología y fichar talento para acelerar capacidades sin los costes ni la regulación asociados a la compra total de una compañía.

La importancia de la inferencia en la IA ha crecido exponencialmente en 2025. Allí es donde se mide el rendimiento real: se trata de poder servir millones de consultas con baja latencia, costos predecibles y eficiencia energética razonable. La demanda proviene de empresas que ya no solo prueban IA, sino que la integran activamente en áreas como atención al cliente, generación de código, análisis documental y agentes automatizados. La diferencia clave reside en que, mientras el entrenamiento es el espectáculo, la inferencia es el negocio recurrente, donde cada milisegundo cuenta. Por ello, la atención se centra en arquitecturas y soluciones diseñadas específicamente para baja latencia y alto rendimiento por vatio.

Vinculado a esto, NVIDIA ha consolidado su posición en el sector. La incorporación de talento experto en inferencia, como Jonathan Ross, con su historia en el desarrollo de las TPU de Google, aporta un peso simbólico y técnico importante. Ross es reconocido en la industria por liderar en Google el desarrollo de las TPU, una alternativa significativa a las GPU tradicionales para cargas de trabajo de IA.

Para NVIDIA, la alianza con Groq aporta doble valor. Por un lado, la incorporación de un talento con experiencia en hardware innovador y, por otro, la integración de tecnología de inferencia que llega en un momento en que el mercado se llena de competidores, desde chips de hiperescalares hasta startups que buscan un hueco en el “serving” de modelos de IA. La licencia de Groq se ve como un acelerador que refuerza una área donde la competencia crece rápidamente, complementando su robusto ecosistema de software, herramientas y capacidades de escalado global.

Para Groq, la continuidad y la independencia aparentan ser prioridades. La compañía reafirma que seguirá operando de manera autónoma y que su división GroqCloud continuará su funcionamiento sin cambios. Sin embargo, la pérdida del fundador y la transferencia de parte de su talento y tecnología bajo la sombra de NVIDIA plantean interrogantes sobre el futuro de su innovación y liderazgo en inferencia. La comunidad técnica está atenta a cómo evolucionará Groq sin su motor principal y si logrará mantener su competitividad en un entorno donde la colaboración y la integración de tecnologías son cada vez más frecuentes.

Este movimiento refleja un cambio en el mapa estratégico de la IA: la inferencia ha pasado de ser una etapa secundaria a convertirse en una de las áreas más estratégicas y competitivas. La adquisición parcial, las licencias híbridas y las colaboraciones estratégicas están normalizándose, permitiendo a las empresas acelerar su desarrollo sin activar todos los costes y riesgos asociados a adquisiciones totales.

Para desarrolladores e ingenieros de infraestructura, la tendencia es clara: la elección de plataforma será cada vez más determinada por la velocidad, eficiencia y costo del despliegue. En un futuro cercano, conviviremos con diversas soluciones —pensemos en GPUs, aceleradores especializados, soluciones en la nube y stacks híbridos— donde la pregunta central pasará a ser: ¿qué opción ofrece el rendimiento más rápido, económico y con menos fricciones?

En definitiva, las alianzas como la de Groq y NVIDIA marcan un capítulo en la historia de la IA, donde la competencia en inferencia será un campo de batalla clave y el talento en arquitectura hardware valdrá tanto como la capacidad de fabricación. La estrategia híbrida, con licencias y colaboraciones ocasionales, parece abrir un camino más flexible y rápido para que las compañías avancen en este campo en rápida evolución.

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