En 2025, la competencia entre procesadores para PC ya no se limita únicamente al rendimiento bruto, eficiencia o precio. Cada vez más, los usuarios prestan atención a aspectos relacionados con la fiabilidad y la experiencia postventa, aspectos que pueden marcar la diferencia en la satisfacción general con su inversión tecnológica.
Recientes análisis de tasas de garantía y devoluciones muestran que AMD supera a Intel en varias métricas clave. En particular, AMD presenta un menor porcentaje de fallos en los primeros 24 meses, con un 1,2 % frente al 2,1 % de Intel. Además, la gestión de reclamaciones de garantía es más rápida: AMD completa los procesos en un promedio de tres días laborables, en comparación con los ocho días de Intel. Por último, la tasa de devoluciones de AMD es del 3,2 %, frente al 4,3 % de Intel. Estos datos sugieren que, en términos de fiabilidad y atención postventa, AMD está en mejores condiciones en 2025.
Estas métricas cobran aún mayor relevancia en un contexto donde los costes de componentes, como la memoria RAM, siguen siendo elevados, y donde una simple mala experiencia puede traducirse en pérdida de tiempo, dinero y frustración. La popularidad de la serie Ryzen X3D en juegos ha impulsado las ventas de AMD, pero también ha puesto en relieve la importancia de un buen servicio postventa. La rapidez en la gestión de garantías y la baja tasa de fallos se convierten en factores decisivos para muchos usuarios a la hora de escoger marca.
Es importante recordar, sin embargo, que estas cifras no lo cuentan todo. Una devolución no siempre indica un producto defectuoso; muchas veces responde a incompatibilidades, errores de compra o cambios de opinión. Asimismo, la duración del proceso de RMA puede variar según el canal de compra y el distribuidor, y menos fallos no significa absolución total. Incluso con una tasa de defectos del 1,2 %, los problemas pueden estar relacionados con otros componentes, como la refrigeración o la fuente de alimentación.
Para los usuarios, esto implica adoptar ciertos hábitos que minimicen riesgos, como escoger placas base con BIOS maduras, evitar configuraciones extremas en las primeras pruebas y conservar toda la documentación del equipo durante los primeros meses. Comprar en tiendas con una política de devoluciones flexible también puede marcar la diferencia en la experiencia postventa.
En definitiva, en 2025, la elección de un procesador no debe centrarse únicamente en su rendimiento. La experiencia de garantía y la fiabilidad percibida son elementos cada vez más importantes. AMD, con sus mejores cifras en estos ámbitos, ofrece una ventaja adicional que puede traducirse en menos dolores de cabeza y una mayor tranquilidad para el usuario medio. Después de todo, un buen hardware no solo se mide por su potencia en benchmarks, sino también por la confianza que genera en momentos críticos.
