Moore Threads, uno de los fabricantes chinos que busca establecerse en un mercado dominado por NVIDIA y AMD, ha anunciado una nueva generación de GPU en el marco de su ecosistema MUSA. Este lanzamiento incluye dos modelos principales: Lushan, enfocado en videojuegos y creación de contenido, y Huashan, diseñada para cargas de trabajo en inteligencia artificial (IA) y despliegue en centros de datos.
La compañía presenta cifras ambiciosas, como mejoras de hasta 15 veces en rendimiento en gaming y hasta 50 veces en trazado de rayos, acompañadas de un mensaje que apunta a solucionar uno de sus mayores desafíos históricos: la compatibilidad con APIs modernas, específicamente DirectX 12 Ultimate. Este paso indica una intención clara de Moore Threads de ofrecer una alternativa competitiva y viable frente a los referentes globales.
Este movimiento se enmarca en un contexto donde China ha intentado reducir su dependencia tecnológica en componentes críticos, tanto en hardware como en software. La industria local busca alternativas que puedan cubrir necesidades internas en consumo y en infraestructura, promoviendo desarrollos propios para fortalecer su ecosistema tecnológico. Moore Threads no pretende ser simplemente otra GPU doméstica; su estrategia incluye arquitectura innovadora, formatos de cómputo de baja precisión para inferencia y escalado masivo mediante interconexiones propias, como MTLink.
La arquitectura “Flower Harbor” (Huagang) sería la base que soporta tanto Lushan como Huashan. La compañía asegura haber rediseñado el bloque de cómputo para incrementar la densidad y mejorar la eficiencia energética, además de garantizar compatibilidad con múltiples formatos de precisión, desde FP64 hasta FP4, así como formatos propios para trabajos de baja precisión en inferencia.
Para los desarrolladores, uno de los aspectos cruciales es la compatibilidad con software y APIs existentes. La promesa de Moore Threads de alinearse con los estándares del mercado, en particular con DirectX 12 Ultimate, apunta a un escenario donde estas GPU puedan integrarse sin problemas en la mayoría de los títulos y motores actuales, superando una limitación histórica de plataformas chinas a causa de drivers inmaduros o soporte limitado.
En el ámbito del gaming y la creación de contenido, Lushan apunta a dejar atrás la percepción de ser una GPU menor para competir en segmentos de alto rendimiento en juegos AAA y creación digital. Aunque la compañía aún no ha presentado modelos específicos con especificaciones completas, ha señalado mejoras significativas en rendimiento y memoria respecto a generaciones anteriores. Sin embargo, estos números deben considerarse como promesas del fabricante, ya que sin benchmarks independientes es difícil validar su veracidad.
Por otro lado, Huashan está orientada a aplicaciones en IA y centros de datos, con un diseño que contempla configuraciones tipo chiplet y uso de memoria HBM de alto ancho de banda. La empresa compara su capacidad de escalado con tecnologías como Hopper y Blackwell de NVIDIA, ofreciendo una visión de un producto que busca competir en rendimiento y eficiencia en clústeres a gran escala, apoyándose en su propia tecnología de interconexión.
En resumen, Moore Threads promete ofrecer una línea de GPUs que podría convertirse en una opción local y competitiva en China, tanto para aplicaciones de consumo como para infraestructura avanzada en IA. La aceptación y éxito de estos productos dependerán de la verificación independiente, la disponibilidad real y la madurez del ecosistema de software, componentes fundamentales para su viabilidad en el mercado global.
A pesar de que todavía no representan una amenaza para los gigantes internacionales, estos anuncios marcan un paso importante en la estrategia de China para fortalecer su autonomía tecnológica y promover un ecosistema propio de hardware y software en el ámbito de las GPU. La llegada al mercado de estas GPUs está prevista, al menos según la información actual, para el año 2026, un plazo en el que todavía habrá que seguir de cerca su desarrollo y aceptación.
