La creciente densidad en los centros de datos — impulsada por cargas de trabajo de HPC (computación de alto rendimiento) y, especialmente, por la expansión de la Inteligencia Artificial — está obligando a replantear aspectos tan básicos como dónde y cómo se disipa el calor generado por los sistemas. En este contexto, Motivair de Schneider Electric ha anunciado el lanzamiento de dos nuevas unidades de distribución de refrigerante (CDUs, por sus siglas en inglés), diseñadas específicamente para hacer frente a la presión térmica de los despliegues modernos de computación acelerada.
Los nuevos modelos, MCDU-45 y MCDU-55, se presentan como los primeros CDUs “purpose-built” de la compañía optimizados para instalarse en corredores de servicios, una ubicación cada vez más demandada por los operadores que desean evitar saturar las salas blancas con equipos auxiliares y aprovechar mejor el espacio disponible. Schneider Electric asegura que estos equipos ya están disponibles a nivel mundial, mientras que la producción aumentará a principios de 2026, en respuesta a la creciente demanda de proyectos de IA que superan las densidades tradicionales.
El cambio hacia los corredores de servicio representa una tendencia silenciosa pero significativa en la infraestructura de refrigeración líquida. Tradicionalmente confinados a las salas blancas, los CDUs ahora se están moviendo fuera del espacio principal para liberar espacio útil, facilitar el mantenimiento y reducir riesgos operativos. Colocar estos dispositivos en corredores técnicos permite intervenir con menor riesgo de interrumpir operaciones de TI o afectar los pasillos calientes y fríos, optimizando así la gestión térmica en los centros de datos.
Motivair destaca que esta flexibilidad de emplazamiento responde a un nuevo mapa de necesidades: las infraestructuras para IA requieren mayor capacidad y una integración térmica más eficiente con el resto del edificio, desde sistemas de agua helada hasta circuitos secundarios que alimentan los servidores. Además, los nuevos CDUs amplían las capacidades para operar en rangos de temperatura más amplios en el agua helada, lo que permite optimizar la disipación del calor y, en determinados escenarios, reducir el consumo energético, contribuyendo así a mejorar el índice PUE (Power Usage Effectiveness).
Otra ventaja importante es la simplificación en el mantenimiento, especialmente en entornos de alta densidad donde las intervenciones en sistemas de refrigeración pueden ser complejas y riesgosas. La posibilidad de trasladar los equipos a zonas de servicio no solo libera espacio, sino que también facilita la operación y reduce la interferencia con las operaciones de TI.
Schneider Electric enmarca este lanzamiento dentro de una estrategia más amplia de soluciones de refrigeración líquida que abarca desde CDUs de suelo hasta unidades en rack, diseñadas para una variedad de escenarios que van desde hiperescalares, colocation, edge hasta proyectos de retrofit. La compatibilidad con tecnologías avanzadas de gestión térmica, como control de caudal, monitorización en tiempo real y balanceo de carga adaptativo, permite a los operadores ajustar sus infraestructuras a las demandas específicas de cada despliegue y perfil de carga.
La filosofía de Schneider Electric subraya que “la flexibilidad es la clave”: los clientes demandan portafolios diversos que se adapten a distintas estrategias de implementación, en un sector donde la infraestructura se diseña cada vez más “a medida”. Rich Whitmore, CEO de Motivair, refuerza esta visión y destaca que las soluciones de próxima generación deben ser escalables y fiables, capaces de adaptarse a las exigencias de operaciones HPC y IA que no toleran fallos ni paradas no planificadas.
Este movimiento también refleja una continuidad tras la adquisición de Motivair por parte de Schneider Electric, que ha presentado estos nuevos CDUs como los primeros productos relevantes tras la incorporación. La demanda de soluciones más ágiles y la necesidad de una producción industrial que acompañe el ritmo de la innovación en IA marcan un contexto en el que la capacidad de fabricación y suministro será clave para satisfacer la rápida expansión del mercado.
En definitiva, la evolución de la refrigeración líquida en los centros de datos ya no se limita a componentes en las salas blancas, sino que se extiende hacia entornos más flexibles y accesibles, buscando optimizar tanto la eficiencia energética como la operatividad. La tendencia apunta a un modelo de infraestructura más adaptable, donde la refrigeración no es un subsistema aislado, sino una parte integral y estratégica del corazón mismo del centro de datos.